
Señoras y señores, muy buenas noches.
Como todos los años nos encontramos para distinguir a las empresas que impulsan la economía, pese a los inconvenientes que a diario afrontan. Durante el transcurso de esta velada reconocimos el trabajo incesante de quienes fueron señalados por la comunidad y las instituciones públicas y privadas como los mejores en su rubro. Es mi deseo felicitarlos y alentarlos a seguir el camino del éxito y el ejemplo.
Me toca en esta oportunidad entregar el Sol Andino de Oro, ese galardón que reservamos para destacar a quien, con su trayectoria, lleva a Salta a posar la mirada nacional e internacional, poniendo a la provincia en el mapa del reconocimiento, la admiración y el respeto.
Cuna de poetas y músicos, esta tierra le ha dado al país su identidad gaucha y aborigen y le puso acordes al ser argentino. Salta es la savia de la nacionalidad que alimenta con sus tradiciones el cancionero popular y regala, siempre generosa, artistas que son tan irremplazables como perpetuos.
Y están los que triunfan y los que no trascienden, pero la música en estas latitudes no es un fin para ganar los escenarios.


Esta noche no solo reconocemos a un excelente músico; premiamos a una persona íntegra que enaltece los valores humanos y es un Sol que siempre sale para los más necesitados.
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